José Antonio Kast asumió su condición de presidente electo de Chile con un discurso centrado en la restauración del orden, el respeto irrestricto a la ley y la unidad nacional. Tras imponerse con claridad en el balotaje, el líder del Partido Republicano afirmó que el mandato recibido “no es para un partido ni una persona”, sino para todos los chilenos que buscan vivir sin miedo, trabajar en paz y recuperar la confianza en el Estado.
En su primera alocución, Kast llamó a dejar atrás las divisiones y aseguró que su gobierno pondrá a los ciudadanos en el centro de las decisiones, sin privilegios ni excepciones. Reafirmó que el fortalecimiento del Estado de derecho será una prioridad en todas las regiones del país y sostuvo que la seguridad pública, el control migratorio y la responsabilidad fiscal marcarán el inicio de su administración, en un contexto que describió como complejo y sin soluciones mágicas.
El presidente electo también subrayó la necesidad de diálogo y crítica honesta para enfrentar los problemas estructurales en áreas como salud, educación y cárceles, y adelantó que el primer año será especialmente exigente. En política migratoria fue categórico: quien no cumpla la ley deberá abandonar el país, sin distinciones. Kast cerró su mensaje con un llamado a recuperar los valores republicanos, asegurando que gobernará “para todos los chilenos” y que su objetivo será siempre “Chile primero”.