La Generación Z hace caer un gobierno: Bulgaria estalla contra la corrupción

Bulgaria vivió una jornada que marcará un antes y un después en su vida institucional. Más de 100 mil ciudadanos —con la Generación Z a la cabeza— salieron a las calles para exigir el fin de un sistema corroído por la corrupción crónica. La presión social fue tan contundente que el primer ministro Rosen Zhelyazkov no esperó a enfrentar una nueva moción de censura: renunció minutos antes. Su coalición, que apenas llevaba 11 meses en el poder, cayó no por maniobras parlamentarias sino por un hartazgo generalizado hacia una clase dirigente que perdió toda legitimidad.

Los jóvenes fueron el motor del levantamiento. Universitarios ocuparon plazas, iluminaron edificios públicos con mensajes como “La mafia fuera del poder” y señalaron de forma directa a quienes consideran los responsables del deterioro institucional: el oligarca Delyan Peevski y el ex primer ministro Boyko Borisov. Peevski, sancionado por Estados Unidos y el Reino Unido por corrupción y soborno, es acusado de influir en el sistema judicial, los medios y sectores estratégicos de la economía, simbolizando una estructura política que opera al margen de la competencia y la transparencia.

El país más pobre de la Unión Europea atraviesa una crisis que va más allá del gobierno caído. Bulgaria se ubica entre los últimos lugares del bloque en percepción de corrupción y, según encuestas recientes, el 82% de los ciudadanos exige un cambio de modelo. La renuncia del gabinete abre un escenario incierto: se avecinan elecciones anticipadas —las octavas desde 2021— en un contexto donde ningún gobierno logró estabilidad. Todo ocurre mientras Bulgaria se prepara para adoptar el euro en apenas 20 días, un desafío que requiere precisamente lo que hoy no tiene: confianza institucional.