El Senado dio un paso clave en el tratamiento de la reforma laboral, con una reunión de Labor Parlamentaria convocada por Patricia Bullrich, jefa del bloque oficialista. El encuentro con los presidentes de bloque definirá el cronograma y las comisiones por las que pasará la iniciativa, un proyecto clave para el Gobierno.
El oficialismo busca acelerar los tiempos, con el objetivo de obtener dictamen en esta semana y llevar la reforma al recinto antes de que termine el año. La reforma, que será tratada en las comisiones de Trabajo y Previsión Social y de Presupuesto y Hacienda, necesita un consenso más amplio, ya que el bloque oficialista no tiene mayoría propia en el Senado.
Si bien el Gobierno tiene el apoyo de algunos aliados, los sectores provinciales y la UCR, que mantienen su independencia, exigen mayor debate antes de comprometer su apoyo definitivo. El oficialismo necesita sumar a legisladores de esas bancadas para alcanzar los 37 votos necesarios para que el proyecto avance.
La principal resistencia proviene de la bancada de Unión por la Patria, que ya anticipó su rechazo al proyecto y comenzó a coordinar con las centrales sindicales para bloquear su avance. En este contexto, las próximas semanas serán clave para definir si el oficialismo puede contar con los votos suficientes en un Senado fragmentado.
Desde el Gobierno, en cambio, sostienen que la reforma laboral es fundamental para reducir la informalidad laboral y mejorar las condiciones de empleo formal. La negociación se intensificará en los próximos días para cumplir el objetivo político de sancionar la ley antes de fin de año.