La inflación de noviembre registró un incremento del 2,5%, marcando una leve aceleración respecto al 2,3% de octubre y reafirmando que el proceso de desinflación enfrenta límites claros mientras persistan precios regulados sin corrección plena. Según el INDEC, el costo de vida acumula 27,9% en lo que va del año y asciende a 31,4% interanual, una cifra que muestra que, aun con disciplina fiscal y ancla monetaria, la economía continúa arrastrando los efectos de años de distorsiones, subsidios y tarifas atrasadas.
El rubro con mayor suba fue Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, con un 3,4%, seguido por Transporte, con un 3%. Ambos sectores evidencian el peso de los precios regulados y de la corrección tarifaria que el gobierno comenzó a aplicar pero que aún está lejos de reflejar los costos reales del sistema. En contraste, Equipamiento y mantenimiento del hogar (1,1%) y Prendas de vestir y calzado (0,5%) fueron los rubros de menor variación.
El componente de precios regulados mostró una suba del 2,9%, superior al índice general, debido a los ajustes en luz, gas y transporte. La inflación núcleo se ubicó en 2,6%, lo que refleja que, más allá de los regulados, el resto de los precios también muestra resistencia a desacelerar.
Consultoras privadas y economistas advierten que diciembre y buena parte de 2026 estarán condicionados por la necesidad de sincerar tarifas, corregir subsidios y eliminar la inflación reprimida acumulada por años de políticas populistas que congelaron precios a costa del deterioro fiscal. Según estimaciones del sector privado, la distorsión pendiente en servicios públicos supera los 4 puntos.
A pesar de esta leve aceleración, el consenso entre analistas es que la inflación mantiene un sendero descendente, aunque vulnerable a los shocks de precios políticos. El Relevamiento de Expectativas de Mercado del BCRA anticipa un 2,1% para diciembre, y una inflación que podría ubicarse entre 1,9% y 1,5% mensual hacia el comienzo de 2026, siempre que continúe la consolidación fiscal y se avance en la normalización tarifaria.
La dinámica del IPC en los próximos meses dependerá, principalmente, de que el Gobierno sostenga su programa: equilibrio fiscal, corrección de precios relativos y eliminación de distorsiones heredadas. Sin estos elementos, la estabilidad seguirá siendo un objetivo pendiente.