Milei firma la reforma laboral mientras crece la presión política sobre Jalil
El martes 10 de diciembre, en Buenos Aires el presidente Javier Milei regresaba de su viaje a Oslo y estampaba su firma en uno de los proyectos clave del Consejo de Mayo: la reforma laboral. El envío al Senado se concretará en las próximas horas, en paralelo a negociaciones con gobernadores donde la situación del catamarqueño Raúl Jalil vuelve a quedar expuesta.
La norma —retocada hasta último minuto por discrepancias internas sobre las cuotas solidarias— avanza en la flexibilización del sistema laboral, busca limitar cargas obligatorias para los trabajadores y apunta a modernizar un esquema considerado obsoleto para el empleo privado. La Casa Rosada designó como voceros técnicos al ministro Federico Sturzenegger, su secretario Maximiliano Fariña y el secretario de Trabajo Julio Cordero, responsables de defender el proyecto en la Cámara Alta.
En este tablero político, Jalil volvió a estar en el centro de escena. El gobernador asistió a la Casa Rosada para una reunión con el ministro del Interior, Diego Santilli, donde además del Presupuesto 2026 se abordó un punto sensible: la nueva Ley de Glaciares, tema de fuerte interés para Catamarca por su impacto en la minería. La negociación lo deja en una posición incómoda: equilibrar la necesidad de recursos y actividad económica con un electorado que observa cada movimiento en tiempos de reclamos sociales y de una justicia provincial cuestionada.
Milei avanza sin demoras en su agenda de reformas estructurales, marcando el ritmo político y obligando a gobernadores como Jalil a definir posiciones en un escenario donde la ambigüedad comienza a tener costo.
Con el Senado a punto de debatir la reforma laboral y con el Ejecutivo nacional presionando para asegurar votos, el rol de los mandatarios provinciales será determinante. Catamarca, con Jalil como actor clave en negociaciones de minería, presupuesto y pactos fiscales, deberá mostrar si acompaña la modernización que impulsa Nación o si intenta mantener distancia frente a un clima social que reclama justicia y presencia del Estado.
