Argentina vuelve al crédito internacional y coloca USD 1.000 millones
Luego de casi ocho años sin acceso al financiamiento voluntario en moneda dura, Argentina volvió este miércoles a los mercados internacionales y logró colocar USD 1.000 millones del nuevo Bonar 2029N, una señal contundente de confianza en el rumbo económico y en las reformas encaradas por la administración de Javier Milei.
La licitación superó ampliamente las expectativas: recibió más de USD 1.400 millones en ofertas y la participación de 2.600 inversores, un volumen que contrasta con el prolongado período de desconfianza previo, marcado por defaults selectivos, controles, distorsiones y un marco institucional debilitado.
El bono paga un cupón del 6,5% anual y se emitió a un precio de USD 910, lo que implica un rendimiento del 9,26% anual. El mercado convalidó una tasa casi 100 puntos básicos por debajo de los bonos soberanos argentinos de duración similar, reflejando la mejora en las expectativas sobre el país. El spread frente al Treasury estadounidense quedó en 550 puntos básicos, el nivel más bajo desde 2018.
Desde el Ministerio de Economía destacaron que el resultado confirma “la recomposición de fundamentos macroeconómicos”: superávit fiscal, disciplina monetaria, normalización del balance del Banco Central y una fuerte caída del riesgo país respecto de los máximos de la gestión previa. Este escenario habilitó el retorno al crédito voluntario sin poner en riesgo la estabilidad ni la acumulación de reservas.
Los fondos obtenidos se utilizarán para afrontar las amortizaciones de los Bonares 2029 y 2030 del próximo 9 de enero, dentro de un calendario de vencimientos del primer trimestre que supera los USD 4.200 millones. El objetivo oficial es consolidar un esquema de financiamiento sostenible que evite presionar las reservas y acompañe la estabilización en curso.
En el Gobierno interpretan la operación como un mensaje directo a los mercados: previsibilidad fiscal, reglas claras y un sendero económico consistente, tres condiciones indispensables para reconstruir la credibilidad perdida. Tras años de controles, discrecionalidad y deterioro institucional, el país vuelve a mostrar señales de normalización.
La exitosa colocación del Bonar 2029 representa un primer paso para avanzar hacia un riesgo país debajo de los 500 puntos básicos y recuperar de forma plena el acceso al crédito internacional, un componente clave para cualquier estrategia de crecimiento sostenido.
