En una sesión marcada por la tensión social y un fuerte operativo de seguridad, el Senado de Mendoza aprobó este martes la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto PSJ Cobre Mendocino, ubicado en Uspallata. Con 29 votos afirmativos, 6 negativos y una abstención, la Legislatura dio luz verde definitiva a uno de los proyectos mineros más relevantes para la provincia en las últimas décadas.
La iniciativa, impulsada por el gobernador Alfredo Cornejo, constituye un avance estratégico para la diversificación productiva mendocina, históricamente limitada por la resistencia social y las restricciones legales en torno a la actividad minera.
Mientras cientos de manifestantes antimineros —principalmente agrupaciones de izquierda— protestaban en las inmediaciones del edificio legislativo, la Cámara Alta no sólo aprobó PSJ Cobre Mendocino, sino también la DIA del proyecto Malargüe Distrito Minero Occidental II (MDMO II), que incluye 27 iniciativas exploratorias en ese departamento del sur provincial. Este último obtuvo 31 votos a favor y 3 en contra.
Uno de los elementos más inesperados del tratamiento legislativo fue el quiebre dentro del peronismo, que en Diputados había mantenido una postura unificada en rechazo del proyecto. En el Senado esa alineación se desdibujó: parte del bloque decidió respaldar la propuesta, lo que otorgó al oficialismo una holgada mayoría.
Fuentes parlamentarias señalaron que la decisión de dividir el voto estaba tomada desde antes del inicio formal del debate, a pesar de los intentos por mostrar cohesión en los días previos.
El presidente Javier Milei intervino activamente en la discusión pública antes de la votación. A través de redes sociales, destacó la relevancia económica del proyecto y cuestionó con dureza al kirchnerismo por su resistencia histórica a la expansión minera.
“El Proyecto PSJ Cobre Mendocino traerá una inversión de 600 millones de dólares para poner en producción una mina capaz de generar 40.000 toneladas anuales de concentrado de cobre”, afirmó el Presidente, calificando la decisión legislativa como una “oportunidad histórica” para Mendoza.
También apuntó que la provincia estuvo “estancada” durante años por falta de decisiones políticas para activar un sector con alto potencial exportador y productivo.
Con la sanción definitiva, Mendoza habilita el avance de un emprendimiento minero de gran escala que promete:
Generar inversión extranjera directa por más de 600 millones de dólares.
Crear cientos de puestos de trabajo directos e indirectos.
Impulsar la infraestructura y la logística en el corredor de alta montaña.
Fortalecer la matriz productiva provincial, menos dependiente del agro y el turismo.
El proyecto PSJ Cobre Mendocino se convierte así en el mayor avance del sector en los últimos 20 años, desde la sanción de las normativas que limitaron fuertemente la actividad.
La aprobación de PSJ Cobre Mendocino y del MDMO II reconfigura el mapa político, económico y ambiental de la provincia. Mientras sectores productivos celebran el impulso, organizaciones ambientalistas advierten sobre posibles tensiones futuras y anticipan nuevas acciones para frenar su avance.
Lo cierto es que Mendoza abrió una puerta que mantuvo cerrada durante dos décadas. Y a partir de ahora, la discusión ya no será si habrá minería, sino bajo qué condiciones y con qué controles se desarrollará.