Tinogasta vuelve a latir al ritmo del motor. Y el responsable tiene nombre, apellido y una Dodge lista para rugir: Mauri Longo. El piloto tinogasteño, instalado en Córdoba y protagonista indiscutido del Turismo 4000, se prepara para la definición del campeonato 2025, que se correrá el 13 y 14 de diciembre, con el temple de quien sabe que está frente a la oportunidad más grande de su carrera.
Longo llega a la última fecha como uno de los principales candidatos al título. Con 11 puntos de ventaja, el panorama es claro y brutalmente simple: ganar o terminar inmediatamente detrás de su principal rival. No hay margen para errores. Lo sabe él, lo sabe su equipo y lo sabe Tinogasta, que lo sigue con una expectativa que se palpa en cada conversación.

“Buscamos que el auto no se pare, eso es lo primordial”, dijo Mauri, siempre sereno, mientras detalla que el taller repasó cada milímetro del vehículo. Motor, suspensión, estrategia: nada queda librado al azar. “Estamos cubriendo todos los detalles, es una fecha donde no te puede fallar nada.”
Pero la mecánica no es lo único que importa. La cabeza, en estas instancias, pesa tanto como la potencia. Y en esa batalla interna, Longo también juega fuerte. “Estoy trabajando en estar tranquilo y hacer lo mismo que hicimos todo el año. No es más que eso”, aseguró. Su tono sereno contrasta con la presión del momento: sabe que varios llegan con chances y que la largada será una guerra psicológica tanto como una carrera.
La Dodge, su máquina emblemática, llega preparada. El equipo hizo su parte y su padre, figura clave en cada triunfo, acompaña como siempre. La escena está lista. Solo queda correr.
Tinogasta, mientras tanto, contiene la respiración. En cada mensaje, cada audio enviado desde la distancia y cada charla de café, se repite el mismo deseo: verlo cruzar primero, otra vez, con esa visera que lleva el nombre con orgullo: Tinogasta.
El piloto no oculta lo que significa ese apoyo. “Hay mucha gente emocionada, y dentro de ellos estoy yo. Si hicimos todo bien durante el año, una más hay que hacer. Y hay que meterla como sea.”
Así habla un competidor nato, uno que no se escuda en excusas ni en discursos tibios. Uno que sabe que el único lugar donde se escriben las historias verdaderas es en la pista.
El próximo fin de semana, cuando el semáforo se apague y el rugido del motor eclipse todo, Longo tendrá frente a sí algo más que un título: la posibilidad de coronar un camino que empezó lejos, en las calles tinogasteñas, y que hoy puede convertirlo en campeón.
Y Tinogasta, entera, está lista para gritarlo.