El Gobierno se planta: no habrá intervención en la AFA

El Gobierno dejó trascender en las últimas horas que no intervendrá la Asociación del Fútbol Argentino, pese a la escalada de tensiones con Claudio “Chiqui” Tapia. En la Casa Rosada reconocen que avanzar sobre una asociación civil es jurídicamente complejo y políticamente costoso, sobre todo cuando la mayoría de los presidentes de los clubes —los verdaderos dueños del poder interno— siguen alineados con el dirigente.

La estrategia, por ahora, es otra: exponer los cuestionamientos a la gestión de Tapia y capitalizar el desgaste social que arrastra desde hace años. En Olivos recuerdan que el titular de la AFA mantiene vínculos estrechos con el peronismo, un dato que el oficialismo decidió subrayar para marcar un contraste político y simbólico.

El presidente Javier Milei aprovechó la controversia entre Tapia y Estudiantes por el trofeo otorgado a Rosario Central —y el posterior desplante del club presidido por Juan Sebastián Verón— para fijar postura. Publicó tres fotos con camisetas de Estudiantes, incluso en su reunión más relevante de la semana con el canciller israelí Gideon Saar, un gesto que buscó dejar en claro su alineamiento.

No fue el único. La exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anticipó que una vez que asuma como senadora revisará el funcionamiento de la AFA. Sostuvo que existen “irregularidades” que ameritan investigación parlamentaria y se esperan movimientos complementarios por parte del Banco Central y la Dirección General Impositiva.

En el Gobierno admiten que una intervención sería una jugada extremadamente riesgosa que podría volverse en contra, tanto en el plano político como en el internacional. Prefieren avanzar por los márgenes, señalando opacidades y tensiones sin entrar en un conflicto institucional con la FIFA, un actor que históricamente rechaza cualquier intromisión estatal.

Milei también decidió no viajar este viernes a Washington para el sorteo del Mundial 2026. La decisión evita una foto incómoda: posar junto a Tapia y Gianni Infantino, y —sobre todo— tener que rechazar una imagen con Lionel Messi para evadir el contacto con el presidente de la AFA. En la Casa Rosada asumen la influencia que Tapia ejerce sobre el titular de la FIFA y su vínculo con el capitán argentino.

Lo que sí está claro es que no habrá reedición de aquella postal del año pasado, cuando Tapia apareció junto a Karina Milei y Manuel Adorni en el marco de las gestiones por el Mundial 2030. Hoy el clima es otro y el Gobierno prefiere jugar su partida sin intervenir la AFA, pero sin dejar de marcar diferencias en un terreno donde la política y el fútbol chocan de frente.